NOTA:
Siguiendo la temática de relatos la misma que vino desde: EN LA
EFEMÉRIDES DE MI NACIMIENTO l, este año le tocó a otro "oficio"
el año pasado (si alguien lo leyó) fue PESCADOR DE ANHELOS, pues en esta
ocasión quise hacer algo, pero desde el lado más humano y real posible, de una
actividad que se ha manejado con cierta discriminación y de algún modo tratar
de reivindicar a estas personas (con excepciones) que muchas veces son mal
vistas y juzgadas de forma injusta por hipócritas llenos de falsa moral.
Porque lo más fácil siempre será señalar con el dedo, olvidando por
completo que es un ser humano, y por ende con errores y aciertos, muchas veces
existen factores ajenos a nuestra voluntad. Pero nadie es lo suficientemente
bueno para creerse capaz de juzgar a los demás. (Aclaro no quiero
polemizar con nadie y respeto todos los criterios, pero esta es una historia,
lo siento si alguien se siente ofendido o si no le gustó).
Creo que esto en parte nos pasa a todos, nadie se escapa del dedo índice
inquisidor y aquí hablo a título personal. Porque nadie, absolutamente nadie,
es mejor persona que YO y al mismo tiempo no soy mejor que NADIE. Simplemente
habemos quienes nos equivocamos más y otros menos.
No te aburro mas estimado lector, te recuerdo como es ya costumbre, todo
será simbólico e implícito, no esperen nada dicho.
Ah, y no se olviden que las apariencias engañan, ya que no se trata de
mirar si no de observar.
"INOCENCIA BLINDADA"
Sus ojos tan expresivos camuflaban una tristeza inmedible, su nombre era
lo que menos le importaba a sus clientes, nunca ha sido necesario saber el
nombre de la leña para encender el fuego.
Acorazada en su seño fruncido, el cual era realmente intimidante, más
que león con hambre, a pesar de eso, la comisura casi imperceptible de su
sonrisa, disfrazada de rudeza, reflejaba una belleza vestida de lagrimas.
Se podría decir que era TERRORÍFICAMENTE HERMOSA, (¡y vaya
que lo era y lo sigue siendo!). Había perdido casi por completo el significado
del placer, de la seducción y del amor también.
La que un día, fue una niña tan resplandeciente como la luz del sol al
alba, hoy era una mujer con un cielo lleno de nubes grises, atrapada en el
limbo de lo que querían que sea, con lo que era, pero sobre todo, lo que algún
día ella quiso ser. La vida la escogió para un papel que no le correspondía, y
que en realidad no le corresponde a nadie, pero alguien tiene que hacerlo.
Y quienes lo realizan no piensan otra opción que intentar ganar el Óscar
por ello, en algunos casos lo hacen tan bien que se vuelven parte de ese
entorno. Lástima por los espectadores que no se dan cuenta, que atrás de esa
envoltura, existe una mujer capaz de sentir, de emocionarse con una rosa, un lindo paisaje, o simplemente con la
canción que más le guste, capaz de amar y de ser amada. Y con todo el derecho a
ser feliz.
El paso del tiempo y todas sus tempestades habían endurecido su
espíritu, de tal manera que a todo improperio, solamente respondía la frialdad
de su silencio. No así su corazón, que sin saberlo se fragmentaba cada vez un
poco más.
Disimulaba su debilidad en la fortaleza, para esconder esa niña que
lleva por dentro, toda frágil y sensible, aguardando a aquel caballero capaz de
matar por ella, aquel que no se conformaría con tocar su cuerpo, sino de ir más
allá. Esperando simplemente, que le recuerden todo esto, porque de a poco la
vida se lo esta borrando.
Siendo ese día justamente la EFEMÉRIDES DE SU NACIMIENTO. Ella
vestida totalmente con su desnudez, se entregaba a la cárcel de la lujuria y el
deseo, se escucha un sonido en la puerta, entra quien por unos
instantes será su carcelero en la prisión del Hades carnal. Y empieza su
holocausto diario, sin una rosa de por medio, sin una frase halagadora, no
hacía falta, el único que tenía prohibida la entrada, era el romance; un
compulsivo movimiento de manos ásperas, bañadas de sadismo recorriendo de
manera desordenada cada parte de su cuerpo, y el sonido de una agitada
respiración, eso fusionado al aliento secante y húmedo de quien se revoloteaba
encima suyo, jadeante al vaivén del rechinar que se escuchaba en la eternidad
de los minutos.
Mientras ocurría, la única forma de soportarlo, era por medio del viaje
que hacía más allá de los límites de su realidad. Esa realidad engañosa que a
veces se pierde en los confines de su ilimitada imaginación, al final la línea
que supera ambas, es tan fina como las sabanas amarillentas que alguna vez
fueron tan blancas como su inocencia.
Mientras cuatro paredes atestiguan esas noches de apolítica rebelión, en
instantes que se requiebra su alma pensando que fue lo que ocurrió para estar
ahí, aunque eso ya no importaba. En el fondo y sin saberlo aun esperaba a aquel
capaz de acabar con su virginidad del alma; porque aquellos que tocan su cuerpo
solo eso harán, muchos hombres solo se fijan en el envase y se olvidan de la
joya que muchas veces hay dentro.
Al terminar su gesta libertaria e irreverente contra la sociedad que la
excluye, y quien fuera su "compañero" de lid por esta ocasión. Le
dice con una expresión de lo más libidinosa y creyéndose el gran semental, con
aires de superioridad, pensando que su dinero o su profesión hacen la
diferencia:
"Que "#%& para mas *@&$, espero
te haya gustado".
Prácticamente sin despeinarse, en un acto común y hasta rutinario
carente de todo tipo de sentimiento y más aun de amor, propio de su jornada
laboral. Y con todo su blindaje facial y emocional, simplemente le responde:
"Pague con suelto por favor".
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